.
Entre 1944 y 1947, muchos viajeros desaparecian en el camino entre Roma y Rieti, a la altura del km 47 de la Via Salaria. Sus cuerpos torturados se encontraron en el "jardín de los horrores" de Ernesto Picchioni, un agricultor de Nerola. Su motivo? Tal vez la política. O, más sencillamente, el robo de bicicletas, scooters y el dinero de los viajeros.
.
Carolina, una niña de cabello negro de tan solo nueve años, vio a su padre cometer un asesinato. "Mi padre estaba discutiendo en la cocina, una noche con un extraño", recuerda. "Yo escuché y fui ver que pasaba. En el piso de la cocina vi a un hombre con la garganta cortada y la cabeza ensangrentada. entonces corrí a la cama."
.
Unos meses después, el padre de Carolina, Ernesto Picchioni, era conocido por toda Italia, como el "Monstruo de Nerola." El Asesino vivia con sus hijos y su esposa, en una casa de piedra húmeda en un barranco solitario en las colinas al este de Roma. Picchioni padre era un recogedor de oliva ambulante, ladrón de gallinas, y un gran fanfarrón que primero fue fascista, más tarde, comunista. Siempre regañando a su esposa e hijos, que incluso una vez hizo cavar una tumba por su familia en el patio trasero diciendo: "estara lista para cuando yo quiera deshacerme de ustedes".
.
Una noche, en 1944, un abogado llamado Pietro Monni se detuvo para pedir ayuda a casa de los Picchioni, ya que la llanta de su bicicleta se habia averiado, y se quedo ahi por la noche. La esposa de Ernesto escuchó un disparo al poco rato. "Me levanté y vi a mi esposo deshacerse de un gran paquete, una bolsa con un pie humano fuera." Tres años más tarde, otro ciclista se detuvo, y pidio asilo por una noche. Esta vez la madre de Carolina llamó a la policía, tras el nuevo suceso donde Ernesto volvio a asesinar a su victima. En el juicio Picchioni descaradamente confesó otros dos asesinatos, en adicion se sumaron una docena de asesinatos mas atribuidos a él. Fue condenado a cadena perpetua. Su Esposa huyo y sus hijas fueron enviadas a la Casa de las Hermanas Calasanziane de Roma, para los huérfanos y los niños de condenados.
Una noche, en 1944, un abogado llamado Pietro Monni se detuvo para pedir ayuda a casa de los Picchioni, ya que la llanta de su bicicleta se habia averiado, y se quedo ahi por la noche. La esposa de Ernesto escuchó un disparo al poco rato. "Me levanté y vi a mi esposo deshacerse de un gran paquete, una bolsa con un pie humano fuera." Tres años más tarde, otro ciclista se detuvo, y pidio asilo por una noche. Esta vez la madre de Carolina llamó a la policía, tras el nuevo suceso donde Ernesto volvio a asesinar a su victima. En el juicio Picchioni descaradamente confesó otros dos asesinatos, en adicion se sumaron una docena de asesinatos mas atribuidos a él. Fue condenado a cadena perpetua. Su Esposa huyo y sus hijas fueron enviadas a la Casa de las Hermanas Calasanziane de Roma, para los huérfanos y los niños de condenados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario