MARIO ALBERTO SULU CANCHE "EL MATACHAVITAS" (MEXICO)

Biografia:
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Mario Alberto Sulú Canché reconoció haber matado a tres jóvenes por un impulso, en los dos primeros casos, aunque con la tercera, fue por los efectos de la droga, y admitió que las mataba para no dejar testigos de la violación.

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Con este temple frío declaró el violador y asesino de las tres jóvenes desaparecidas por la zona de Chicxulub Pueblo.Sulú cuenta con un amplio historial delictivo en materia de violencia sexual y asaltos a mano armada. El modus operandi de Sulú Canché fue el mismo para los tres casos, abordaba a las víctimas con el engaño de conseguirles un mejor trabajo en un supermercado, pero ya dentro del vehículo les hacía propuestas indecorosas.

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Al sentirse rechazado, el presunto criminal utilizaba la fuerza física para violarlas y, posteriormente, asesinarlas. Dos de ellas murieron de asfixia por ahorcamiento y la otra a golpes.Ayer, en rueda de prensa, autoridades policiacas solicitaron arraigo para el homicida a quien ya se le conoce como "El Matachavitas".

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Su primera víctima fue la joven estudiante de la Cobay, Alma Lucely Canul Ciau, en el mes de junio del 2007, cuando este la convenció de subirse a un auto Caribe para pasear por el poblado de Conkal; una vez que terminó el recorrido, se dirigieron hacia Chicxulub Pueblo y llegando a un banco de materiales, cerca de la aguada, le pidió que sostuvieran relaciones a lo cual ella se negó, pero ante las amenazas de muerte la joven accedió, una vez que concluyeron el acto, ella se alejó un poco para tomar un madero y con él golpear a su agresor e intentar huir, desafortunadamente el criminal le dio alcance, la despojó de la madera y con ella la ultimó a golpes, para luego arrojarla al agua.

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La segunda víctima, Leydi Marlene Pech Canul, la conoció a principios de este año cuando abordo de un auto Jetta se dirigía hacia Motul, buscando un bar para ingerir unas cervezas mientras planeaba robar o ligarse a una nueva chica; así pues, vio a su víctima saliendo del mencionado lugar, ahí la convenció para ir a Telchac Puerto y a San Crisanto.

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Durante el camino hizo un alto para pedirle que tuvieran relaciones, ella salió del auto, el individuo, por la fuerza, la metió al carro a golpes quedando ella inconsciente, el asesino la violó. Después la ahorcó y enterró no sin antes quitarle un par de aretes de bolitas, los cuales vendió en Mérida.

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Finalmente, el pasado 28 de julio del presente año, el asesino expuso que salió de su domicilio y se dirigió a Chicxulub, con el objetivo de realizar algunos robos, es ahí donde dando vueltas conoce a su tercera víctima Guadalupe de los Ángeles Rodríguez Méndez, a quien convence de subir a su auto. En el paseo el asesino le preguntó si tenía novio y si sostenía relaciones sexuales con su pareja, a lo cual ella afirmo que sí, es entonces cuando Sulub Canché le comenta que harían una escala por una necesidad fisiológica.

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Ahí es donde él la tomó por la fuerza y la amarró de las manos y pies para saciar sus bajos instintos, durante el forcejeo, ella le pidió que la regresara a su casa, a lo que éste le dijo que no, que debían tener relaciones, ya; si ella tenía relaciones con el novio, por qué con él no, a lo cual ella señaló que tenía su menstruación y debido a esa situación no podía, pero al asesino poco le importó la negativa y abusó de ella por ambas vías.

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Una vez más, concluido su acto criminal y para no dejar evidencia, el sujeto la asfixió con un cable para posteriormente enterrarla en una brecha cercana a la carretera de Chicxulub-Conkal, no sin antes quitarle objetos de valor los cuales vendió por 300 pesos en el Monte de Piedad.

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Mario Alberto Sulú Canché enfrentaba los cargos de homicidio calificado, violación y robo calificado. Debido a que sus delitos son graves, no tenía derecho a fianza.

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Luego de admitir su culpabilidad en los crímenes cometidos a las jovencitas Guadalupe de los Ángeles Rodríguez Méndez, Leydi Marlene Canul Pech y Alma Lucely Canul Ciau, Mario Alberto Sulú Canché, quien apenas fue declarado formalmente preso, se ahorcó con su pantalón en los baños del Centro de Readaptación Social de Mérida.

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Mario Alberto Sulú Canché, sería el tercer asesino en serie en la historia de Yucatán. El recluso Alfredo Aguilar Can (a) “Bunga” es considerado el primer asesino serial en la entidad y cuenta en su haber con cinco homicidios —todos de homosexuales—, perpetrados en la década de los noventa. Wílbert Román Gómez Carrillo (a) “Pájaro”, fue el segundo asesino en serie, pues dio muerte a tres indigentes, el último apenas el año pasado.

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Aunque no es el primer asesino serial, la historia de Sulú Canché sorprendería todavía más en los próximos días, pues en círculos de la Policía Judicial del Estado se tienen sospechas de que estaría involucrado en la muerte de al menos una jovencita más.

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De acuerdo con los archivos policíacos, Aguilar Can comenzó su carrera criminal con el crimen del modisto cubano Rigoberto Chaviano León. El delincuente actuaba bajo un mismo patrón y todas las víctimas eran homosexuales.De acuerdo con los informes oficiales, a Aguilar Can, actualmente de 40 años de edad, se le atribuyen los asesinatos de Jorge Carlos Pizarro Barrera, en 1993; Hernán May Magaña, en 1995; Nicolás Manuel Hoil Canto, en 1997, y al actuario judicial Arcadio Francisco Balam Noh, también en 1997, además del de Chaviano León, en 1996.También intentó asesinar en 1999 a César Manuel Antuña Sánchez y el 30 de marzo de 2000 a un abogado, a quien dio por muerto.“Bunga” drogaba a sus víctimas, a quienes luego maniataba y golpeaba hasta matarlas para poder robarse sus pertenencias. En un par de sus crímenes, fue auxiliado por Angel Martín Montero Solís (a) “Chistes” y el tabasqueño Guillermo de la Cruz Silva (a) “Pie grande”.

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Gómez Carrillo, el asesino serial antecesor de Sulú Canché, asesinó en 1979 a un hombre en los patios de ferrocarriles y un año después fue sentenciado a pasar 20 años en prisión. En el año 2000 asesinó en el mismo sitio a otro indigente, aunque alegó homicidio en riña y se le impusieron pocos años de prisión.

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Finalmente, el 2 de febrero de 2007 Gómez Carrillo asesinó —con una piedra que le dejó caer en la cabeza— a otro indigente en el mismo lugar.El sujeto, un bebedor consuetudinario de 50 años de edad, se encuentra actualmente preso por ese crimen.