viernes, 10 de agosto de 2012

"EL DESCUARTIZADOR DE SAN JOSE" (COSTA RICA)

Biografia:
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La falta de una prueba científica que diera una luz a los investigadores, así como la carencia de un perfil del homicida, fueron dos de los obstáculos por los que no fue posible arrestar a “El descuartizador”, cuyos crímenes prescribieron en el 2011, confirmó el OIJ.
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Las víctimas fueron dos menores deambulantes: Ivette, 14 años y Jackeline, de 17. Sus miembros aparecieron en ríos, quebradas y el relleno sanitario de Río Azul entre el 13 de diciembre del 2000 y 9 de marzo del 2001.
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La menor de ellas habitaba en Tirrases de Curridabat; la mayor en Los Guido de Desamparados.
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Ambas arrastraban problemas de adicción y por eso frecuentaban Lomas de Ocloro, en San José. Allí fueron vistas por última vez. De eso dieron cuenta varios drogadictos.
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Calles peligrosas
Un exagente judicial que investigó los dos crímenes durante varios años –pidió reserva sobre su identidad – aseguró el miércoles pasado que ambas víctimas tuvieron contacto con personas de peligro.
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El rompecabezas para los agentes del OIJ inició el 18 de diciembre del 2000, cuando alguien alertó sobre el hallazgo de un brazo izquierdo cerca de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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Dos días después, agentes policiales encontraron una cabeza en el relleno sanitario de Río Azul, en La Unión.
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Ambas partes correspondían al cadáver de una de las víctimas, revelaron más tarde las pruebas de ADN.
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Para inicios de febrero y marzo del 2001, los escenarios de aparición de restos fueron el río Agres, en San Antonio de Escazú, el río Cucubres, a su paso por la urbanización Monteclaro, el río Tiribí, en La Aurora de Alajuelita y el río Cañas, en barrio Corazón de Jesús, Aserrí.
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En esos lugares aparecieron el torso, brazo derecho, brazo izquierdo y la pierna derecha de la otra víctima.
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El exagente judicial reveló que en su momento se siguieron dos líneas de investigación sobre esta última muerte.
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Una tuvo que ver con las joyas de un estadounidense, la otra por un conflicto con una banda de Lomas de Ocloro que se hacía llamar “Los Popota”.
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“El ataque contra ellas fue por un asunto personalizado”, aseguró el expolicía.
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Para el criminólogo y exagente del OIJ Gerardo Castaing, los homicidios fueron ejecutados por un asesino múltiple: un sujeto que mata en un mismo acto o distinto y no supera las 10 víctimas.
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Agregó que las jóvenes tenían características similares: vivían en condición de indigencia, eran adictas, provenían de hogares desintegrados y se movían en cinturones de miseria como Tirrases, Cañada del Sur y Lomas de Ocloro, en San José.
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“Era (‘El descuartizador’) un asesino múltiple que podía tener distintas motivaciones. Como no hubo evidencias, se le dificultó al fiscal hacer una acusación sostenida. Por más que sepamos quién es el asesino, ya no se puede detener”, dijo Castaing.
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Agregó que, en este caso, el comportamiento del homicida fue violento, con falta de sentimientos, sin temor y sin atender las reglas de la sociedad tica.

Victimas:

El 13 de diciembre de 2000 apareció un brazo izquierdo en una quebrada del río Los Negritos, en San Pedro de Montes Oca.

Los forenses que acudieron a la escena del hallazgo encontraron una señal que ayudó a identificar a la víctima. En la mano fue encontrado un pequeño tatuaje con la letra “E”. El brazo fue levantado y llevado para su análisis.

Pasados seis días ocurrió un nuevo hallazgo. En un basurero localizado a inmediaciones del río Azul Los Desamparados fue encontrada una cabeza en una bolsa.
Familiares de una jovencita desaparecida lograron identificar el brazo por la inscripción de la letra “E”. Esos restos, junto a la cabeza, fueron identificados como pertenecientes a Jacqueline Rodríguez Ríos, de 17 años. Los exámenes de Ácido Desoxirribonucleico (ADN) corroboraron esa identificación.

El 10 de enero de 2001, en el río Cucubres, en calle Fallas de Desamparados, fue encontrada una pierna derecha. En una parte tenía tatuada la letra “C”.

Los investigadores determinan que esa pierna pertenece a Jacqueline. Se dijo que las letras tatuadas en las extremidades eran las iniciales de novios que la joven había tenido.

Los macabros hallazgos no terminaron ahí. El 6 de febrero de 2001, en el río Acres de San Antonio de Escazú, al oriente de San José, encontraron un torso. Dos días después, el brazo derecho.
El horror volvió a apoderarse de los costarricenses al enterarse de que el torso y el brazo derecho encontrados en los últimos días no pertenecen a Jacqueline, sino a una nueva víctima.

Esta vez, la joven mutilada fue identificada como Ivette Gabriela Badilla León, de 14 años.
En la Urbanización Montes Claros, los investigadores descubrieron otro miembro. Esta vez es otro brazo izquierdo. Éste no se determinó a quién pertenece.

El brazo izquierdo de Ivette es encontrado el 7 de marzo en el río Tiribí, en un sector de Aurora de Alajuela, al sur de San José.

En el río Cañas, en el barrio de Corazón de Jesús Aserrí, al sur de San José fue encontrada la pierna derecha de Ivette.

Desde esa fecha ya no se produjeron más hallazgos. Los cuerpos de las víctimas fueron sepultados incompletos y por partes. De la primera víctima, Jacqueline, no fueron encontrados tres de sus miembros. Del cuerpo de Ivette no fueron localizados dos de sus miembros.

Un total de 6 victimas dejo el asesino, en 2003 en El Salvador se hallaron los cuerpos mutilados de 5 jovencitas, con los mismos cortes que hacia el Descuartizador" en Costa rica.
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Un sospechoso
Estudiante de Medicina.
Edad: 25 años. (hace 10 años)
Hijos: Ninguno registrado.
Ocupación: Desconocida.
Adicciones: Cocaína y marihuana. Gustaba de la música satánica. Nocturno.
Preferencias: Escribía versos en honor a la muerte y el derroche de sangre.
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Faltaron pruebas
El OIJ aseguró que nunca encontraron elementos pilosos u objetivos, como la sierra o segueta usada para el desmembramiento. Nunca hallaron el congelador donde el asesino mantuvo los restos antes de lanzarlos.
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Versiones encontradas
Pese a que se entrevistó a varios adictos que dijeron saber quienes eran los asesinos, las entrevistas no concordaron. Los testigos siempre andaban drogados. Decían que habían observado un vehículo blanco; luego uno gris.
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Usaron una sierra
Aunque se confirmó que se usó una sierra para efectuar los cortes, estos eran irregulares. También hubo cortes falsos (malogrados). Al inicio el caso lo llevaban dos agentes; luego seis y al final toda una oficina.

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