domingo, 27 de septiembre de 2009

"JACK EL DESTRIPADOR" (INGLATERRA)

Biografia:
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Jack el Destripador (Jack the Ripper) es el seudónimo dado a un asesino en serie (o asesinos) que actuó en la empobrecida área de Whitechapel en Londres en la segunda mitad del año 1888. El nombre es tomado de una carta a la agencia central de noticias de alguien que decía ser el asesino, publicada mientras se desarrollaban los hechos.
Las leyendas que rodean los asesinatos del Destripador se han convertido en un desorden complejo de investigación histórica, una teoría de conspiración libremente interpretada y folclore. La falta de una identidad confirmada para el asesino ha permitido numerosos comentarios de historiadores e investigadores aficionados (apodados Ripperólogos, "Ripperologists" en inglés) que apuntaban a un gran número de posibles criminales. La prensa escrita, cuya circulación había estado aumentando progresivamente en la época, extendió la noticia y aumentó la notoriedad del asesino debido al salvajismo de los asesinatos y la impotencia de la policía para capturar al causante de todo, con el Destripador evitando ser descubierto a veces por unos pocos minutos.
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Las víctimas eran mujeres que ganaban un salario como prostitutas ocasionales. Los asesinatos típicos de Jack eran perpetrados en un lugar público o semipúblico. La garganta de la víctima era cortada de izquierda a derecha (por lo que, en un primer momento se sugirió que sería diestro, aunque luego se vio la posibilidad de un corte realizado agarrando a la víctima por detrás), a lo que le seguía una mutilación abdominal, aunque en algunos casos dichas mutilaciones se extendían a otras partes del cuerpo. Muchos creen hoy en día que las víctimas eran estranguladas previamente para silenciarlas. Debido a la naturaleza de las heridas en varias de las presuntas víctimas del Destripador, algunas con órganos internos extraídos, como el útero, se ha propuesto la idea de que el asesino tuviera un cierto grado de conocimiento de anatomía. Por este motivo, puede ser que se tratase de un médico, cirujano, o incluso un carnicero, aunque esto, como la mayoría de las creencias sobre el asesino y hechos sobre el caso, está muy discutido.
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Las cinco víctimas generalmente atribuidas a Jack son:
Mary Ann Nichols, nacida el 26 de agosto de 1845 y asesinada el viernes 31 de agosto de 1888.
Annie Chapman, nacida en septiembre de 1841 y asesinada el sábado 8 de septiembre de 1888.
Elizabeth Stride, nacida en Suecia el 27 de noviembre de 1843 y asesinada el domingo 30 de septiembre de 1888.
Catherine Eddowes, nacida el 14 de abril de 1842 y asesinada el domingo 30 de septiembre de 1888.
Mary Jane Kelly, nacida en 1863 y asesinada el viernes 9 de noviembre de 1888.
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En ocasiones se ha incluido en la lista a Martha Tabram y Emma Elizabeth Smith, halladas muertas el 6 y el 11 de agosto de 1888 respectivamente, aunque el modus operandi no concuerda con el de los otros crímenes.
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Sospechosos
Argumentos como estos han dado pie a numerosas teorías conspirativas que apuntan la autoría de los crímenes al médico de la Reina William Withey Gull, a masones, reputados pintores de la época, o incluso miembros de la familia real británica, como a Alberto, Duque de Clarence. La teoría de Stephen Knight acusa a masones relacionando la palabra "juwes" de la frase:
« The Juwes are the men That Will not be Blamed for nothing »
escrita en un muro después del asesinato de Catherine Eddows, a la leyenda masónica de Hiram Abif y de sus asesinos: Jubela, Jubelo, y Jubelum, los Juwes.
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En la década de 1990 se publicó el diario de James Maybrick, un comisionario algodonero de Liverpool donde se declaraba el autor de los crímenes. Sin embargo, el diario es considerado por la mayoría un fraude.
También se halló un pequeño reloj de bolsillo de oro donde está grabado el texto “Yo soy Jack” junto al nombre “James Maybrick", así como las iniciales de las cinco víctimas reconocidas del asesino: Mary Nichols (MN), Annie Chapman (AC), Elizabeth Stride (ES), Catherine Eddowes (CE) y Mary Kelly (MK). Dicho hallazgo ha situado a James Maybrick en el número uno de los sospechosos. Este reloj se descubrió a mediados de los años 90 del siglo XX, poco después de la aparición del supuesto diario personal de James Maybrick, en el que narraba los crímenes que había cometido. Aunque hasta ahora se creía que tanto el diario como el reloj eran una burda falsificación para sacar dinero, unos recientes análisis hechos por la Universidad de Manchester han revelado que el reloj podría ser realmente de la época en que Jack se paseaba por las calles de Whitechapel haciendo de las suyas. Con la ayuda de microscopios electrónicos se han detectado partículas oxidadas de cobre depositadas en el fondo de las iniciales grabadas en el reloj y que pertenecerían a la herramienta con que se hicieron. La Universidad de Bristol también lo analizó y certificó que podía tener "decenas de años de antigüedad", pero que no se podía decir con exactitud.
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El posible esclarecimiento de uno de los casos más intrigantes de la historia criminal, tiene a los seguidores y estudiosos de Jack divididos en dos bandos: los que creen que el misterio por fin ha sido resuelto, y los que en cambio creen que esto no es más que una estrategia para ganar dinero.
Asimismo, recientemente se ha dado a conocer una posible identidad del asesino según documentos de Scotland Yard, expuestos en el Black Museum. Se trata de un peluquero llamado Aaron Kosminski que ya fue considerado como sospechoso en la época de los asesinatos.
También se ha mencionado como uno de los sospechosos a Montague John Druitt un abogado, tenista y maestro de escuela que se suicido poco después del asesinato de Mary Kelly. " No dudamos que sea el, el asesino" dijeron sus familiares después que cesaron los crímenes de horror y que se encontró su cuerpo en un acelerado estado de descomposición flotando en el rió Tamesis. Su primera aparición como sospechoso apareció en el Memorados Macnaghten libro escrito por Sir. Melville Macnaghten oficial a cargo de la investigación en el año 1889.
En el año 2006, se descubrió ADN de mujer en una de las supuestas cartas del asesino, por lo que algunos piensan que "Jack" pudo haber sido una mujer " Jill", aunque en ese caso debió de tratarse de una mujer lo suficientemente fuerte como para mutilar los cuerpos de las prostitutas y, lo que es más improbable, con la particular psicología de un asesino sexual en serie.
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También se ha sospechado de Walter Richard Sickert (1860-1942), un pintor de origen Alemán radicado en Inglaterra. Patricia Cornwell dedicó una investigación titulada "Retrato de un asesino. Jack el Destripador: caso cerrado" en la que sostiene, tras varios estudios de la evidencia dejada por el destripador, que las semejanzas entre Sickert y el asesino eran muchas como para pensar en que fuese casualidad.
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La última teoría, presentada en 2007 por la investigadora francesa Sophie Herfort, apunta a un oficial de policía, Melville Macnaghten (1853-1921), que visitó las escenas del crimen y que se guardó fotos post-morten de las víctimas y que habría cometido los asesinatos para forzar a su superior a dimitir.” Los investigadores de criminología francesa piensan que “Jack el destripador" era un miembro de la policía, su nombre habría sido Melville Macnaghten. Este policía cumplía la función de número tres en Scotland Yard (agencia de policía inglesa). Esta hipótesis se basaría en que Melville había sido puesto al cargo del caso en el año 1889, al mismo tiempo que el asesino dejo de matar. Y al parecer este policía siempre dio datos confusos que más que ayudar desviaba la investigación y en que se comparó la letra de Melville con la de una de las cartas con encabezamiento "Querido Jefe" dirigida a Scotland Yard y parece que ambas letras coinciden.
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En 1997 un antiguo detective de la policía británica, Trevor Marriott, publicó el libro ‘Jack el Destripador’: investigación del siglo XXI, en el que exponía la hipótesis de que Jack el Destripador no se hubiera limitado a matar en Londres, atribuyéndole también una serie similar de asesinatos cometidos en Managua (Nicaragua) en 1889. Marriott argumenta que pudo tratarse de un marino que se valía de la movilidad consecuenta a esta profesión para cometer crímenes en diversos lugares del globo.
Marriott utilizó técnicas policiales modernas para su investigación que duró dos años y basó sus conclusiones en los datos consignados por los médicos y patólogos policiales que estudiaron ambos casos en su momento, pero también en pruebas circunstanciales como el hecho de que los asesinatos de Witchapel tuvieran lugar cerca del puerto o la frecuencia con que sucedieron.
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Marriott cree haber identificado también el barco en el que Jack estaba enrolado. Se trataría del "Sylph", un carguero de 600 toneladas que atracó en Londres tras llegar de las islas Barbados en julio de 1888, un mes antes del asesinato de la primera víctima del Destripador, Mary Ann Nichols, y que regresó al mar Caribe el 22 de noviembre, dos semanas después de la muerte de Mary Jane Kelly. A partir de ese momento el asesino pudo continuar sus crímenes con los asesinatos de Managua, descritos por el diario Times como "seis de los asesinatos más atroces que se hayan cometido dentro de los límites de esta ciudad". Marriot atribuye también a este asesino la autoría de dos asesinatos más. En primer lugar, le hace responsable del asesinato en Londres, el 17 de julio de º1889, de una sexta prostituta, Alice McKenzie, crimen que no le había sido atribuido con anterioridad. En segundo lugar le hace responsable de otro asesinato cometido en Hamburgo en octubre de 1889 y reportado por el periódico "Washington Star" que informó del hallazgo del cuerpo mutilado de una mujer en Flensburg, un puerto de donde partían frecuentemente barcos con destino a Londres. De hecho el autor de la noticia del "Washington Star" se preguntaba si el destripador habría abandonado Inglaterra para continuar sus crímines en Alemania.
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En palabras de Marriott "En ese momento, los detectives estaban convencidos de que el asesino era alguien que vivía o trabajaba en el barrio de Whitechapel. Pasaron completamente por alto el hecho de que existía un patrón que apuntaba a la posibilidad de que el asesino pudiera haber sido un marinero que visitaba Whitechapel sólo ocasionalmente, lo cual explica las brechas de tiempo entre los homicidios."
Esta hipótesis coincide con el argumento de la novela de 2001 La muerte de Acuario, del escritor nicaragüense "Arquímedes González". En la novela, la verdadera identidad de Jack es la de Francis Tumblety, un estadounidense que realmente llegó a ser detenido con relación a los asesinatos, escapando posteriormente sin que fuera acusado formalmente. Tumblety era un timador que se hacía pasar por médico, además de un misógino que coleccionaba en su casa úteros de mujer. Curiosamente está documentado que a principios de 1989 se registró la llegada a Managua de un tal Francis Tumblety, hecho este que inspiró a González para escribir su novela.
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Mei Trow ha estudiado todas las posibilidades con técnicas forenses que permitieron la realización de un perfil psicológico y hasta de ubicación geográfica para llegar a la conclusión que el homicida más célebre del mundo era el encargado de la morgue de Whitechapel.
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La tesis de Trow es el resultado de dos años de intensa investigación en las que el historiador rastreó hasta en los archivos del FBI. Así realizó un perfil psicológico del asesino de cinco prostitutas londinenses en 1888. Y lo definió como un hombre blanco, de clase social baja, nacido con mucha probabilidad en un hogar deshecho;
el historiador además confirma lo que ya otros investigadores habían descubierto: que el asesino en serie que descuartizó y mutiló a sus víctimas tenía conocimientos quirúrgicos.
Jack el destripador era un hombre poco sociable, posiblemente con un inadaptado. El historiador además ha conjeturado que Robert Mann asesinó a dos mujeres más de las que hasta el momento se han contabilizado.
Martha Tabram con 39 cuchilladas habría sido la primera víctima de Jack el destripador y Alice Mackenzie brutalmente asesinada ocho meses después de que el 'serial killer' anunciara que no mataría más.
Los cuerpos de las dos mujeres fueron llevadas por la policía a la morgue donde trabajaba Robert Mann quien no respetó la orden del inspector jefe de no tocar los cuerpos, por lo que el encargado de la morgue -según conjetura Trow- tuvo la oportunidad de "admirar su obra de arte".

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